A menudo, cuando escuchamos hablar de la contaminación que genera la tecnología, imaginamos los desechos que resultan de la fabricación y eliminación de dispositivos electrónicos, los cuales parecen tener una vida útil cada vez más corta.
Sin embargo, existe otro tipo de contaminación que también está relacionada con la tecnología, pero que se mantiene en silencio pues sus efectos son menos visibles, y nos referimos a la contaminación que surge por su uso.
De hecho, se considera que el consumo de energía ocasionado por la fabricación de dichos equipos electrónicos es menor que la generada por su uso diario. Ya que cada vez que una persona se conecta a una red consume energía no solo a través de los dispositivos que utiliza, sino por toda la infraestructura que permite llevar los servicios de internet a su domicilio.
Por lo tanto, aunque no podamos percibirlo a simple vista, para poder ver películas desde nuestros teléfonos móviles, tabletas u ordenadores, estos se conectan a servidores remotos y redes inalámbricas y todos estos procesos requieren de electricidad para funcionar. También hay que tener en cuenta que actualmente la oferta de plataformas de streaming ha aumentado de forma considerable y todo apunta a que han llegado para quedarse, pues ofrecen múltiples beneficios a los usuarios, no solo por la comodidad de poder disfrutarlas en casi cualquier lugar sino también por el modelo de servicio que manejan en el cual por un solo pago al mes se tiene acceso ilimitado a grandes bibliotecas de contenido.
Los servicios de streaming han reportado un crecimiento importante durante los últimos años y en gran medida esto se debe a la pandemia de 2019, pues debido a los confinamientos obligatorios que se vivieron en muchas partes del mundo, las personas tuvieron que buscar nuevas formas de entretenimiento desde casa, de hecho fue durante estos periodos que el gigante del streaming, Netflix alcanzó los 200 millones de suscriptores.
Es por ello que las empresas de transmisión de contenido han comenzado a tomar acciones para cuidar del medio ambiente, por ejemplo Netflix ha implementado un proyecto mediante el cual pretenden reducir al mínimo posible sus emisiones de gases contaminantes y al mismo tiempo proteger y regenerar espacios naturales que les permitan compensar su huella de carbono en el planeta, de esta forma se espera que para finales de 2022 se logren cero emisiones netas.
Otra compañía que también está haciendo cambios es Disney, la cual lleva desde 2019 migrando todo su contenido a su plataforma Disney+, la cual actualmente cuenta con más de 500 películas y más de 7,000 episodios de series. La empresa del ratón también ha decidido tomar responsabilidad y ha comenzado a invertir en energía limpia a través de proyectos solares, los cuales les han permitido ya disminuir en casi la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, estas acciones no resuelven del todo el problema, ya que aún queda pendiente el impacto generado por los distintos proveedores de internet, los fabricantes de dispositivos y por los usuarios. En el caso de los últimos, es posible tomar algunas medidas simples para poner nuestro granito de arena, por ejemplo se puede reducir el tiempo de visualización y dar preferencia a la descarga de contenido y a las bajas definiciones,pues aunque puedan parecer acciones insignificantes si consideramos la gran cantidad de usuarios nos daremos cuenta de que el impacto es considerable.
El planeta necesita que cambiemos la forma en que vivimos y todos debemos aportar de acuerdo a nuestras posibilidades, debemos cambiar nuestra mentalidad por una más responsable y apostar por la innovación, pues sólo así podremos seguir disfrutando de un cómodo estilo de vida pero sin descuidar al planeta.
Por: Árturo Chávez de Selectra
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