Investigadores han revelado que ciertos alimentos que consumimos día con día se encuentran contaminados por plástico, la mayoría de ellos son provenientes del mar ya que se aproxima que sobre el océano flotan entre 5 y 50 billones de partículas de plástico, sin embargo existen otros que no tienen nada que ver con éste y aún así han sido contaminados.
Los alimentos que se han comprobado con dichas partículas son las gambas, langostinos, mejillones, almejas o chirlas con un 71% de microfibras en las muestras de moluscos y un 66% en las muestras de crustáceos analizadas por la OCU, al igual que pescados como sardinas o bacalao donde la mayor cantidad de partículas de plástico se alberga en el tracto digestivo, otro alimento afectado es la sal con micropartículas en el 90% de la cantidad que consumimos, y finalmente el agua de manantial con aproximadamente 314 partículas por cada litro embotellado, esto de 10 de las marcas más consumidas en el mundo.
Sin embargo no sólo en los alimentos encontramos estas microfibras sino también en el ambiente, donde de acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Heriot Watt, se aproxima que un plato de comida contiene hasta 100 fibras de plástico procedentes del aire y objetos a nuestro alrededor, sumando esta cantidad a lo que ya contiene el alimento en sí.
De acuerdo a un informe por las Naciones Unidas nuestro cuerpo trata de ayudar al sistema digestivo a reducir la cantidad de plástico que ingerimos, donde los intestinos absorben el 90% de microplásticos, sin embargo no lo pueden todo y el 10% restante es el que puede ocasionar graves problemas a la salud, pasando estas partículas del torrente sanguíneo a los riñones o el hígado.
Ciertamente el impacto que tiene el plástico en nuestras vidas es alarmante, donde el uso de éste se ha salido de control provocando un daño directo a nuestro cuerpo y nuestra salud, ya que incluso cuando no consumas animales provenientes del mar los alimentos más usados como lo es al agua y la sal, están contaminados, y dado que con ellos se preparan todos los alimentos, irremediablemente los platillos se contaminan.
No queda más que para disminuir este efecto tanto en nuestro cuerpo con el medio ambiente debemos tener cuidado al consumir y preparar los alimentos, mantener nuestro ambiente limpio abriendo ventanas, limpiar constantemente y usar un purificador de aire o humidificador, pero sobre todo dejar de usar plásticos, como por ejemplo usar cantimploras de aluminio para el agua, y consumir alimentos que no estén envasados en plástico.
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